Desde que el mundo celebra el Día del Enoturismo, el segundo domingo de noviembre, este mes ha ido adquiriendo un gran protagonismo en cuanto a actividades y eventos relacionados con el turismo y el vino.
La Ruta del Vino Ribera del Duero es atractiva durante todo el año, pero os hemos seleccionado 10 razones para visitarla en el Mes del Enoturismo.
1. Paisaje de rojos y ocres
El otoño es una época espectacular para disfrutar de paisajes de viñedos, con una amplia gama de ocres, amarillos, naranjas y rojos que llega a su apogeo en estas semanas de noviembre. Una belleza natural que se quedará para siempre impregnada en nuestras retinas (y fotos).
2. Un mundo subterráneo
Es otra de las singularidades de la Ruta del Vino Ribera del Duero: explorar las galerías que se excavaron hace siglos a mano en el subsuelo de muchos municipios de la Ruta, donde el vino se mantiene a baja temperatura, a oscuras y en silencio.
3. Fiestas y eventos
“Por San Andrés, el vino nuevo viejo es”, es un dicho muy popular en nuestra tierra, relacionado con el vino. El 30 de noviembre está dedicado a este santo y ese día hay muchos pueblos que celebran sus fiestas. Pero la agenda incluye también muchas otras actividades y eventos: visitas guiadas temáticas, degustaciones, catas…
4. Setas y otra gastronomía de temporada
En la Ribera del Duero noviembre es aún mes de recogida de setas. Hay de cardo, níscalos, senderillas, champiñones… Además de buscarlas, muchos restaurantes de la Ruta ofrecen menús micológicos durante todo el otoño. Junto al exquisito lechazo, la sopa castellana… Y esto es solo para abrir boca.
5. Alojamientos para todos los gustos
Casas rurales, hoteles en bodegas, alojamientos con aguas termales o spas… En la Ruta del Vino Ribera del Duero hay una gran variedad de alojamientos con encanto para venir en pareja, con amigos o la familia. Los niños son bienvenidos.
6. Relax
¡Que tranquilidad se respira aquí! Es una de las exclamaciones más habituales de los que nos visitan. Un paisaje y unas gentes para disfrutar sin prisas.
7. Torres y castillos
En noviembre, con el cambio de colores en los paisajes y de luz en el ambiente, cobran más protagonismo las torres y los castillos que jalonan nuestro territorio, un patrimonio que habla de épocas más conflictivas pero que ahora invitan a una visita relajada.
8. Museos sorprendentes
La Ruta del Vino Ribera del Duero alberga un espacio tan singular como el Museo de los Aromas, único en España y Europa, además inclusivo. O un museo de Juegos Tradicionales, que ofrece una amplísima exposición de juegos y juguetes de todo el mundo. Obviamente, no puede faltar un museo del vino.
9. Tradiciones
Hay muchas en la Ruta pero en el Mes del Enoturismo sugerimos aquellas relacionadas con la elaboración del vino, reflejadas sobre todo en los pueblos que conservan aún barrios de lagares.
10. Las bodegas y los vinos
Visitar la Ruta y más en el Mes del Enoturismo implica pasarse por alguna de sus bodegas elaboradoras y conocer las peculiaridades de los vinos de la Ribera del Duero, una amplia variedad de tintos y rosados que no os dejarán indiferentes.