La Ribera del Duero no solo es famosa por sus exquisitos vinos, sino también por su impresionante paisaje natural. Si buscas escapar del bullicio de la ciudad y sumergirte en la serenidad de la naturaleza, esta ruta es tu destino ideal y este blog es para ti.
Porque en la Ruta del Vino Ribera del Duero la naturaleza no es solo un escenario: es una protagonista que marca cada momento de tu viaje.
Humedal los Arañales
El Humedal los Arañales de Berlangas de Roa nació tras las antiguas extracciones de áridos, lo que dio lugar a un ecosistema único.
Con casi cinco hectáreas de juncos y espadañas, alberga una gran variedad de fauna, sobre todo de aves migratorias como el abejaruco y el avión zapador.
Es parte del fascinante sendero del Agua, un recorrido de fácil acceso y completamente ciclable, ¡perfecto para disfrutar sobre ruedas!
Embarcadero el Barriles
En el corazón de Aranda de Duero, el Barriles te invita a sumergirte en un rincón natural a orillas del río, justo después del puente mayor.
Aquí la calma y la belleza del entorno se combinan con la presencia de aves acuáticas como patos, pavos reales y ocas.
Además, este embarcadero es perfecto para piragüistas, pescadores y aficionados al triatlón o a la natación. Aunque eso sí, ¡el baño no está permitido!
Humedales del Carrascal
Situado en Villalba de Duero, es una obra de restauración que recrea un humedal natural procedente de una antigua zona extractiva. Con lagunas interconectadas, islas artificiales y una diversidad de paisajes, favorece la fauna y la flora autóctona. Hoy, este paraíso alberga aves como fochas, patos y garzas imperiales.
Forma parte del Sendero de los Humedales del Carrascal, un recorrido circular de 10 kilómetros, accesible a pie, en bicicleta o en coche, con vistas espectaculares en el área recreativa de la Fuente del Orbe.
Parque Natural Hoces del Río Riaza
El Parque Natural Hoces del Río Riaza, en el noreste de Segovia, se destaca por su impresionante belleza natural, con acantilados calizos y una rica fauna, especialmente aves rupícolas.
El embalse de Linares del Arroyo es un importante refugio para aves acuáticas durante el invierno. Además, pequeños pueblos cercanos conservan su patrimonio rural y tradiciones, como Montejo de la Vega de la Serezuela, donde se encuentra la Casa del Parque Natural.
Si eres fan de las aves y en especial de los buitres leonados… ¡Este es tu sitio!
Embalse de Valdemudarra
Entre Aldeayuso y Langayo se encuentra la presa y el embalse de Valdemudarra, en la cuenca del río Duratón.
Es una fuente clave de agua para la comunidad de regantes locales y su suministro se alimenta de dos ríos: el Duratón, de noviembre a marzo, y el Duero, de manera continua.
Si eres amante del birding… este rincón natural es para ti. Es un punto de descanso para aves migratorias que se acercan a sus aguas. ¡Un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza!
Embalse el Vallejo
Si por algo destaca el Embalse el Vallejo de Tórtoles de Esgueva es por su rica fauna y flora.
Entre todas sus plantas resaltan encinas, enebros y especies acuáticas como juncos y carrizos. En cuanto a la fauna, habitan aves terrestres como cogujadas y terreras, y acuáticas como azulones y zampullines.
Aunque se construyó en 1984 para regar cultivos, actualmente es ideal para la pesca y la observación de aves.
¿Te animas a descubrir esta rica biodiversidad mientras recorres el Sendero de la Morera?
Lagunas de Padilla
Si te apasionan las actividades como la pesca, el birding, el senderismo o el ciclismo, las Lagunas de Padilla te van a gustar todavía más.
Apenas a 1 kilómetro del casco urbano se encuentran estas lagunas que han sido recientemente restauradas para conservar su hábitat natural.
Si algo destaca de este paisaje es su diversa fauna en la que podrás encontrar desde ardillas rojas, liebres y murciélagos hasta águilas imperiales, golondrinas y cigüeñas blancas.
Si te fascinan los animales… Lagunas de Padilla lo hará aún más.
Lagunas de Valcabadillo
Las Lagunas de Valcabadillo, en Tubilla del Lago, abarcan 23.000 m² y se alimentan de manantiales naturales.
Restauradas en 2007 para fomentar la biodiversidad, hoy son un refugio para aves acuáticas como, convirtiéndose en un paraíso para el birding avistando especias como el pato colorado.
Además, marcan el final de la senda del río Gromejón, un hermoso recorrido de 14 kilómetros por la naturaleza.
Explorar la Ruta del Vino Ribera del Duero es una oportunidad para sumergirse en la belleza natural de sus pasajes. Ya sea recorriendo senderos, avistando aves o disfrutando de las vistas en un entorno privilegiado.
¿Listo para vivir la Ribera del Duero desde una perspectiva natural e inolvidable?