Está situado en la falda de un cerro próximo al valle del Cuco, en un estrechamiento del terreno que da lugar a un denso paisaje verde, insólito y sorprendente en estos terrenos mesetarios.

Esta población vallisoletana es atravesada por el arroyo Madre hasta verter sus aguas al «Padre Duero», dejando una apacible área recreativa a su paso. A estas alturas, antes de llegar al término municipal de Peñafiel, nuestro Duero tiene ya un volumen importante de caudal. El pueblo está casi encajonado entre dos páramos por el norte y con un terreno despejado y abierto hacia el sur.

Su edificio más importante es la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, construcción gótica del siglo XIII, que se sitúa junto a la carretera que recorre todo el valle. Además de este templo, Bocos de Duero cuenta con tres puentes relevantes que saltan las aguas del Duero: el Puente Ferrocarril El Carrascal, el Puente Ferrocarril El Empecinado ya en desuso, y el Puente Acueducto-Sifón del Canal del Riaza. 

Otro lugar destacado del pueblo es el «Pico Gurugú», lugar visitado por senderistas y ciclistas en el que hay una notable colonia de aves rapaces, entre las que destaca el buitre leonado. Se puede acceder recorriendo la Ruta del Valle del Cuco.

Sus fiestas están dedicadas a la Virgen de las Nieves y a la Virgen de Agosto (ambas en agosto). Otra fiesta que año a año va adquiriendo importancia, es la Semana Cultural del Valle del Cuco, celebrada a mediados de mayo junto con los cinco municipios del valle, de manera que de lunes a viernes se desarrolla en un pueblo distinto, y el fin de semana cada año en un pueblo.

Gentilicio de Bocos de Duero: bocenses.