Érase una vez… en un lugar sin nombre de las Tierras Altas de la Ribera del Duero, en la Era Terciaria, se formó una de las mejores zonas vitivinícolas del mundo para elaborar vinos de calidad.

Millones de años más tarde, en 1.960, los propietarios de una masa forestal conocida con sobriedad como El Bosque, en Peñaranda de Duero, decidieron dedicar su parte más profunda al cereal.

Simultáneamente se plantó la que hoy es nuestra Viña Vieja, la que nos ha mostrado desde el principio que en esta bodega podíamos llegar a elaborar vinos de la más alta calidad.

Para hacerle sitio al cereal, los antiguos propietarios retiraron millones de kilos de leña de ese bosque malogrado. Los vecinos de la comarca trajeron a sus mulas y asnos para ayudar con la recolecta de leña más grande sus vidas.

El sobreesfuerzo mató a cientos de asnos pero dio vida y nombre al Bosque de Matasnos. Un lugar enigmático, singular, hipnótico y bello a partes iguales. Un lugar diferente pero sin alma.

¿O con cientos de almas?

Hoy, te invitamos a escuchar a nuestro Bosque, al que llaman de Matasnos…

Hoy, te invitamos a conocer el Bosque de Matasnos y sus vinos.

Dos tipos de paquetes. Por un lado el paquete bodega y por otro el paquete viñedo, compuesto cada uno de ellos por dos visitas diferentes.