Antes de que los musulmanes gobernarsen la zona del Duero, las tierras de lo que hoy conocemos como La Sequera, ya aparecían pobladas, aunque únicamente fuese por eremitas (existen varias cuevas en el paraje de El Prado) y una comunidad monástica asentada en la Ermita de San Nicolás, cuyas ruinas se conservan.

En el siglo X, la conquista por los reyes castellanos de la plaza de Aza a los árabes, situada en la línea sur del Duero, marca el nacimiento de La Comunidad de Villa y Tierra de Aza, dentro de la cual se encuadraba la localidad de La Sequera.

Dedicadas durante siglos a la agricultura y a la ganadería, las gentes de La Sequera, que han visto como el éxodo del campo a la ciudad en los años 60 y 70 del siglo XX diezmaba su población, intentan en este siglo XXI buscar nuevas vías de progreso y prosperidad, sin abandonar sus raíces.

A menos de 19 kilómetros de Aranda de Duero, esta población ofrece al viajero de la Ruta estos lugares de interés:

• Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción.
• La necrópolis de San Nicolás: son varias las excavaciones que se están llevando a cabo en este yacimiento, con hallazgos como osarios, un horno de fundición y numerosos vestigios medievales.
• La fuente y el lavadero.
• El museo etnográfico.
• Fuentes de Hontanguillas.
• Los Morales (árboles de moral catalogados como singulares en la provincia).
• El Roble Quejigo de la Sequera de Haza, uno de los árboles que hemos catalogado como singulares.
• El páramo de Corcos y la alondra ricotí.
• Las bodegas: La Sequera de Haza cuenta con una amplísima zona de bodegas subterráneas, emplazadas en cuatro zonas diferentes del pueblo, englobando más de 70 bodegas subterráneas y lagares. Aunque la mayoría se encuentran en estado ruinoso, aún se pueden apreciar ejemplos magníficos de la arquitectura popular.

La Sequera de Haza celebra sus fiestas en honor de Nuestra Señora de la Asunción (15 agosto) y de la Virgen del Rosario (octubre).

Gentilicio de La Sequera de Haza: sequeranos.