Casi doscientos vecinos hay en Moradillo de Roa, aproximadamente el mismo número de bodegas que tiene este municipio ribereño burgalés. La conexión entre Moradillo de Roa y el vino viene del pasado pero está demostrado que tiene mucho que ver con su futuro. Y es que, El Cotarro, como se conoce a su conjunto etnográfico, ha logrado unir a un pueblo en una aventura que parece no tener fin. Así es su filosofía: “reconstruir para vivir” y, por ello, se esfuerzan cada día para devolver el esplendor perdido a un legado que se remonta al siglo XV.

“El Cotarro” significa (en castellano antiguo) zona alta o cerro. Este barrio de bodegas ocupa todas las caras del cerro de la Iglesia de San Pedro y consta de una superficie total de 18.000 m2, albergando un conjunto etnológico formado por 157 bodegas subterráneas (posicionadas en hasta cuatro niveles) y 7 lagares cueva excavados en dicho cerro natural.

En este pequeño pueblo de la Ribera del Duero todas las familias tienen o han tenido viñedos y actualmente queda una decena de ellas que se sigue dedicando profesionalmente al vino. Sin embargo, en las últimas décadas muchas de esas bodegas que se utilizaban de forma particular para la crianza de vino, habían quedado en desuso y se habían ido deteriorando. En algunos casos, se habían reconvertido en merenderos que reunían a amigos alrededor de unas ricas chuletillas de lechazo.

En diciembre de 2015, el Ayuntamiento de Moradillo de Roa decide recuperar y mantener este valioso patrimonio, poniendo en marcha un ambicioso proyecto actualmente ya consolidado, que ha ido despertando el interés de los propios vecinos y la curiosidad de los visitantes, llegados de todas partes de España y del mundo. Con el fin de financiar este proyecto de recuperación, Moradillo de Roa ha emprendido varios proyectos que se han ido simultaneando:

la elaboración del vino “El Cotarro” en un lagar tradicional de 1736 (El Tercio),
la novedosa elaboración de la cerveza de vendimia con uva de la tierra,
el enoturismo a través de visitas guiadas a este conjunto etnológico: “aquí la gente puede aprender el recorrido de la uva desde el pisado y prensado en el lagar tradicional del Tío Santos (1744), hasta su subida a “El Cotarro” de bodegas y su guarda en la bodega subterránea El Bodegón (1861)”.

Este proyecto ha sido referente para que otros pueblos que también poseen barrios de bodegas pongan en marcha ideas similares. Además, ha recibido multitud de prestigiosos premios nacionales e internacionales como:

• Mejor Iniciativa Enoturística nacional 2016 de la Asociación Española de ciudades del Vino (ACEVIN).
• Mejor Iniciativa Enoturística nacional 2017 de APAPNIDICSUR.
• Mejor Iniciativa Enoturística del Premio RENACIMIENTO 2017.
• Premio Patrimonio Europeo a la Conservación de Europa Nostra 2020 y Accésit Categoría Premio a la Intervención en el Territorio o en el Paisaje de Hispania Nostra 2020.

Viaja 300 años al pasado, adentrándote en las entrañas de la tierra, al igual que hicieron nuestros antepasados. Prueba los vinos de la región que han moldeado y sustentado nuestros pueblos durante siglos, descubre un mundo subterráneo donde la cultura y la tradición se aúnan para llevar al visitante varios siglos atrás.

Se organizan VISITAS al BARRIO de BODEGAS SUBTERRÁNEAS “EL COTARRO” por parte de su Ayuntamiento (ver apartado “Contacto”)

Información de interés:

Recorrido no recomendado para personas con movilidad reducida.
Llevar calzado plano y ropa de abrigo (la temperatura en el interior de las bodegas subterráneas es de 10ºC).
Todos los beneficios procedentes de las visitas van destinados a su mantenimiento y conservación.