Continuamos con nuestro recorrido por la Ribera del Duero fijándonos en los puentes que atraviesan y que unen ambos márgenes de nuestro río de cabecera, el Duero. En esta tercera y última etapa viajamos desde el mismo centro de Aranda de Duero (Burgos) hasta San Esteban de Gormaz (Soria), finalizando nuestro interesante trayecto por la historia ribereña a través de sus puentes:
- PUENTE VIEJO O PUENTE MAYOR DE ARANDA DE DUERO
- PUENTE NUEVO DE ARANDA DE DUERO
- PUENTE DE FERROCARRIL DE VADOCONDES
- PUENTE DE AGUA O PUENTE VIEJO DE VADOCONDES
- PUENTE CARRETERA NACIONAL N-122 DE LA VID
- PUENTE DE PIEDRA DE LA VID
- PUENTE DE PIEDRA DE LANGA DE DUERO
- PUENTE DE PIEDRA DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ
1. PUENTE VIEJO DE ARANDA DE DUERO
También llamado puente MAYOR, este mítico puente ha sufrido numerosas obras motivadas por haber formado parte de la carretera Nacional I hasta la década de los 80.
Respecto a su origen, no se tiene noticia de ninguna vía romana atravesando el Duero por este punto pero, en el siglo XII ó XIII ya existía un puente que daba acceso a la puerta principal de la muralla arandina. Desde luego a principios del siglo XIV ya existía este puente, siendo las tropas de Fernando IV las que intentaron derribarlo.
Se suceden las reparaciones al ritmo que se imponen las demoledoras crecidas del Duero, como la de 1658, que incluso alcanza la Plaza Mayor. Actualmente estas riadas no se producen con aquella intensidad gracias a la existencia de embalses en la provincia de Soria que regulan su cauce.
La mayor parte del puente actual (los tres arcos actuales de medio punto, ya que en su origen tenía cuatro ojos) es una reconstrucción del siglo XIX reinando Alfonso XIII, en la que también se ensanchó.
A mediados del siglo XX se adopta una solución asfáltica temiendo que no pudiera aguantar el peso de una solución adoquinada. También se ensancha la parte de la curva hacia la calle Postas, punto donde hace pocos meses se dibujó una rotonda para hacer la circulación del tráfico más viable.
En 2016 se construyó un nuevo estribo en la margen izquierda del puente, para alcanzar las traseras del polideportivo Michelin a través del “anillo verde”.
El bello contrapunto lo aporta su famosa barandilla, símbolo también de la villa arandina, hecha de hierro fundido con un diseño en forma de módulo estrellado que le da personalidad propia. Es muy similar a la del puente del Bidasoa en Irún en la misma Nacional I o el puente de hierro de Logroño.
2. PUENTE NUEVO DE ARANDA DE DUERO
Hasta 1987 no se inaugura este puente que deja respirar al “puente viejo de Aranda”. Es conocido popularmente como el puente NUEVO, puente BIGAR (haciendo referencia a la empresa constructora arandina que quebró antes de finalizar la obra) o puente del CLARET (debido al colegio Claret al que se accede desde dicho puente).
Como anécdota, dicen que, tras la paralización de las obras durante la ejecución de este puente que estaba a punto de terminarse (por la ya comentada quiebra de la empresa constructora), algunos anónimos ribereños hicieron un agujero para poder transitar por el mismo, dado que acortaban mucha distancia.
3. PUENTE DE FERROCARRIL DE VADOCONDES
Vadocondes no fue ajeno a la llegada del ferrocarril. El paso de la línea férrea Valladolid-Ariza por este municipio burgalés está marcado por este interesantísimo puente, hoy en desuso, que se incluye en el proyecto de esta vía férrea en 1864, aunque sus obras no se iniciaron hasta 1892, poniéndose la línea en marcha en 1895.
Diseñado por el ingeniero Theóphile Seyrig (socio de Gustave Eiffel que ganó el concurso para ejecutar todos los puentes metálicos sobre el Duero de esta línea, cuya característica común eran las vigas de estructura “Pratt”).
El puente metálico de ferrocarril de Vadocondes consta de doce módulos con tramos a modo de caja rectangular atravesada por un elemento diagonal. A pesar del evidente deterioro, todavía es posible pasear por los pasillos laterales de las vías, protegidos por barandillas.
Es un gran punto de referencia y de contraste frente al otro puente que atraviesa el Duero a su paso por Vadocondes: el llamado “puente de agua”.
4. PUENTE DE AGUA O PUENTE VIEJO DE VADOCONDES
La situación de Vadocondes en un meandro del Duero propició la existencia de pasos por donde cruzar su curso. En oposición al llamado PUENTE SECO, éste se denomina PUENTE DE AGUA.
El puente de piedra de Vadocondes está formado por cuatro arcos de medio punto (mayores los dos centrales) y sus primeras referencias documentales datan de tiempos de los Reyes Católicos.
Según el libro “Los puentes de la Ribera Burgalesa” de José Ignacio Sánchez Rivera, se concibió para el paso de ganados porque desarrolla embocaduras muy abiertas en ambas orillas que llevan a la ribera y posiblemente hacían las veces de abrevadero.
Pero una vez más, las fuertes crecidas del Duero hacen estragos y provocan innumerables reparaciones que, por ejemplo, a mediados del siglo XVII provocan la incomunicación de Vadocondes por la margen derecha, interrumpiéndose el tráfico de los arrieros desviándose a los caminos de Aranda de Duero o La Vid, siendo éste último poco seguro: “perdición de muchos por los robos y salteamientos que es sus montes cada día se hacen maniatando los pasajeros y haciendo algunas muertes”.
5. PUENTE CARRETERA NACIONAL N-122 DE LA VID
Este puente sortea el Duero a su paso por La Vid, municipio burgalés cuya población llegó trasladada a mediados del siglo XX en agrupamiento provocado oficialmente por la construcción del cercano pantano de Linares (ya en la provincia de Segovia).
Este puente construido en los últimos años, forma parte de la afamada carretera nacional N-122 o “Autovía del Duero” que une Valladolid y Soria a su paso por el mencionado municipio burgalés. Afamada carretera en cuanto a la polémica derivada de las obras pendientes de ejecución que vienen prolongándose desde hace ya varios años.
6. PUENTE DE PIEDRA DE LA VID
En el siglo XVI el vado que se formaba en este punto del Duero (a los pies del que ya era Monasterio de Santa María La Vid), fue sustituido por lo que actualmente es el imponente puente sobre el Duero, puerta oriental de entrada al municipio de La Vid (o Linares de la Vid).
Se empezó a construir por iniciativa de la familia de los Mendoza (1532), aunque las obras quedaron paralizadas tres años después y éste se vio reducido a unas vigas cuya travesía ofrecía mucho riesgo, ocasionando numerosos accidentes mortales. En 1603 Bartolomé Joly comentó que pasaron el cauce vadeándolo, lo que da una idea de su situación.
La crisis general del siglo XVII debió contribuir a que no se reparara el puente, pues en 1739 se encontraba prácticamente en ruinas y habían colapsado dos de sus diez bóvedas. Reparado en 1753 por Marcos de Vierna, en breve volvió a amenazar ruina, y así se mantuvo hasta 1780, fecha en la que el propio monasterio proyectó una reconsolidación.
Cuando la travesía pasó a formar parte de la carretera de Valladolid a Calatayud en la segunda mitad del siglo XIX, se eliminó parcialmente la pendiente y se procedió a un recrecimiento de las fábricas con una piedra sensiblemente más clara que la original.
Este puente ha estado dando servicio a la carretera nacional 122 entre Valladolid y Soria hasta principios de los 90, pero desde antiguo ha venido soportando un tráfico muy intenso que, afortunadamente decrece considerablemente tras la puesta en marcha de la Autovía del Duero, gracias a la construcción del nuevo puente a unos cuantos metros del histórico de piedra.
Esta estructura de 136 metros de longitud ha sido reformada por el Ministerio de Fomento en 2019 tras localizar varios daños graves.
Técnicamente hablando, está orientado de norte a sur y se trata de un puente de sillería de diez bóvedas de cañón. Actualmente mantiene los 21 pies de ancho (6 metros) y sus diez bóvedas, de luces variables, siendo las mayores las centrales, y decreciendo hacia las márgenes, lo que le presta un perfil suavemente alomado, que está definido además por una imposta sobresaliente del paramento. Adosados a las pilas (aguas arriba) existen tajamares apuntados y rectangulares aguas abajo, que en dos de ellas alcanzan el tablero formando apartaderos. Conserva el pretil original, rematado por una albardilla semicircular.
7. PUENTE DE PIEDRA DE LANGA DE DUERO
Este precioso e histórico puente situado en la localidad soriana de Langa de Duero mide unos 100 metros y consta de doce ojos o arcos y grandes sillares de piedra caliza. Es el único que cruza el Duero entre San Esteban de Gormaz y la localidad burgalesa de La Vid.
Se dice que el Conde de Miranda, señor de gran parte de los terrenos y de la torre señorial, mandó construir este bello puente para facilitar el transporte de mercancías y el paso de ganados, ya que era uno de los accesos por los que transitaba la Cañada Occidental Soriana.
Hay fuentes que aseveran que fue un puente de origen romano, pero no está del todo claro, ya que otras aseguran que es renacentista.
En cualquiera de los casos, fue decisivamente intervenido en el siglo XVII por estar tres de sus doce arcos en estado ruinoso. Un siglo después (en 1728), las crecidas del Duero volvieron a deteriorar arcos y cepas. Curiosamente sus proyectistas fueron sancionados por un cálculo excesivo en la tasación de la reparación. Los daños en los arcos se sucedieron repetidamente, no solo por las idas y venidas de nuestro Duero, sino por los enfrentamientos con otras poblaciones (como el ejército francés), reformándolo provisionalmente con madera.
En 2021 finalizaban las obras de rehabilitación de este magnífico puente, realizadas por la Diputación de Soria.
A propósito de este puente, la torre de Langa (que se puede avistar desde la carretera N-122), es el último vestigio de la fortificación que lo defendía.
8. PUENTE DE PIEDRA DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ
Se trata de un importante puente medieval de piedra con 16 ojos, basado en otro de origen romano que ha sido continuamente reparado y conservado (las últimas obras se han ejecutado en 2016).
Se ubica en una zona bifurcada dando paso a dos cauces del río Duero separados por una isleta central, por lo que es un puente muy largo cuya dimensión alcanza los 200 metros y 8 metros de ancho.
Las referencias más antiguas datan de 1519, pudiendo incluso tener una torre para el control del pontazgo (impuesto para utilizar el puente) y, como venimos viendo con el resto de puentes, sufre innumerables reparaciones a lo largo de su existencia.
Junto al puente existe un cuérnago que daba servicio a un complejo de molino (hoy convertido en una minicentral eléctrica). Actualmente es un puente muy transitado, puesto que es el único que une las dos orillas de San Esteban de Gormaz.
No te pierdas el resto del recorrido por los puentes de la Ribera del Duero, puedes verlo pinchando aquí:
- Parte I: provincia de VALLADOLID
- Parte II: provincia de BURGOS
BIBLIOGRAFÍA Y AGRADECIMIENTOS:
- “Los puentes de la Ribera Burgalesa” de José Ignacio Sánchez Rivera.
- Ayuntamiento Langa de Duero, Francisco Javier Barrio Alonso y “Revista de Soria”.
- “La arquitectura de puentes en Castilla-León 1575-1650” de Miguel Ángel Aramburu-Zabala.
- Blog “loboquirce.blogspot.com”.
- “La Villa de Vadocondes bien de interés cultural” (María José Zaparaín Yáñez).
- Artículo de 2011 de Máximo López en el Diario de Burgos Edición Ribera.