«En silencio intensamente llorando,
Volvía la cabeza, los estaba mirando.
Vio puertas abiertas, batientes sin candados,
Perchas vacías, sin túnicas de piel ni mantos,
sin halcones y sin azores mudados.
Suspiró mío Cid, por los pesares abrumado,
Habló mío Cid bien y muy mesurado:
— ¡Gracias a ti, Señor, Padre que estás en lo alto!
¡Esto han tramado contra mí mis enemigos malvados!—»
Así comienza el Cantar del Mío Cid en su Cantar Primero, narrando la historia del destierro del héroe más conocido de la tradición castellana y que da nombre a esta maravillosa ruta, amparada, regulada y promocionada por el Consorcio Camino del Cid, llena de patrimonio, historia y leyenda.
El Camino del Cid es una ruta de más de 2.000 kilómetros que recorre a lo largo de once etapas las aventuras de don Rodrigo Díaz de Vivar durante el siglo XI, tiempo en el que cristianos y musulmanes combatían por el territorio de la Península Ibérica.
A lo largo de esta serie cidiana de nuestro blog que inauguramos con la primera de tres entradas, recorreremos los últimos pasos del Cid combinando su etapa de DESTIERRO con los pueblos que atraviesa en nuestra Ruta del Vino Ribera del Duero. Pero antes, es importante que nos pongamos en situación:
¿Quién fue Rodrigo Díaz de Vivar? ¿Qué causó su destierro?
Quédate con nosotros en estas líneas para descubrir los inicios de ésta nuestra historia de leyenda castellana.
►Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, fue en su juventud miembro del séquito de Sancho II (primogénito de Fernando I), quien más tarde hizo de don Rodrigo un noble caballero. Bajo este nuevo título, El Cid acompañó al que por entonces todavía era infante Don Sancho II, en lo que se cree que supondría su primera batalla: la batalla de Graus. Al fallecer Fernando I, sus tierras quedaron repartidas entre sus hijos como era tradición. Así, se entregó a García el Reino de Galicia y a Alfonso el Reino de León, dejando a Sancho el territorio de Castilla. Poco tardarían en comenzar los enfrentamientos entre hermanos por el reparto de esas tierras, y el desequilibrio de fuerzas de cada uno de ellos desembocaría en una guerra. Fue durante esas batallas, como abanderado de don Sancho II, que Rodrigo de Vivar se ganaría el apodo de Campeador. En la batalla de la Vulpejera, en el 1072, Sancho capturó a Alfonso VI, haciéndose así dueño de su reino. Al unificar Sancho sus nuevas conquistas territoriales, comenzó a generarse descontento y a finales de aquel mismo 1072, un grupo de nobles leoneses, con apoyo de la hermana del rey, Doña Urraca, se amotinaron contra él en Zamora. La historia allí acaecida, bien es merecedora de un escrito particular, pues bien sabemos que Zamora no se ganó en una hora. El caballero zamorano Bellido Dolfos culminaría aquel asedio de la ciudad con arrojo y acierto asestando un golpe definitivo que acabaría con la vida de rey Sancho II, quedando así las tierras castellanas ahora en poder del hermano antes vencido. Cuenta la leyenda que el Cid Campeador, y como paladín de los desconfiados vasallos de don Sancho, hizo jurar a Alfonso VI que nada tuvo que ver con la muerte de su hermano. ¡Que el Cid pusiese en duda a Alfonso VI! Aquello habría tenido resultados negativos ante cualquier monarca, sin embargo, tuvo el efecto contrario al que todos podrían esperar, pues Alfonso VI actuó beneficiando al Cid al otorgarle en matrimonio a su prima tercera Jimena Díaz. No pareciendo esto suficiente, puso al Campeador al frente del cobro de las parias (tributo que pagaban anualmente el reino de Taifa al rey Castellano) en la embajada de Sevilla en 1079, hecho que desembocaría en el futuro destierro del Cid Campeador. ¿Y qué fue aquello? Pues nuestro Cid protagonizó un enfrentamiento con un noble burgalés, disputa que provocó que el ofendido de tierras burgalesas regresara de Toledo acusando, falsamente, al Cid de apropiarse de gran parte de esos impuestos. El monarca, sin permitir juicio alguno, expulsó al héroe castellano con el objetivo de sentar un ejemplo de futuro. Según El Cantar del Mío Cid, la carta enviada por Alfonso VI anunciando el destierro rezaba “que a mío Cid Ruy Díaz nadie le diese posada y a aquel que se la diese supiese una seria amenaza, que perdería sus bienes y además los ojos de la cara, y aun además el cuerpo y el alma”.
►Y así es como comienza esta aventura del Cid a lo largo de su Camino, recorriendo las provincias de Burgos, Soria, Zaragoza, Guadalajara, Valencia, Castellón y Alicante. Diseñado para realizarse a pie, en bicicleta, coche o moto, caballo. A lo largo de sus más de 2.000 kilómetros, el Camino del Cid entrelaza historia y leyenda, ayudándonos a descubrir el gran patrimonio histórico, gastronómico y cultural de una ruta marcada por los pasos del noble caballero castellano. Al plantearnos la ruta en coche (o moto) el camino se halla divido en once rutas o tramos en los que poder realizar el completo, o elegir de todas ellas las que mejor encaje en nuestros intereses. Desde la Ruta del Vino de Ribera del Duero, y como no podía ser de otra manera, nos hemos decantado por la primera de las rutas, El Destierro (Burgos – Soria – Guadalajara), puesto que gran parte de su recorrido se entrecruza con algunos de los pueblos de nuestra Ruta del Vino, pueblos que remarcaremos en las próximas entradas de nuestro blog:
- Etapa del DESTIERRO del CAMINO DEL CID: 356 km que van desde Vivar del Cid (Burgos) hasta Atienza (Guadalajara).
- Pueblos simultaneados por la etapa del DESTIERRO del Cid y la RUTA DEL VINO RIBERA DEL DUERO: Caleruega, Peñaranda de Duero, Alcoba de la Torre, Alcubilla de Avellaneda, Zayas de Báscones, Zayas de Torre, Villálvaro, Matanza de Soria, Alcozar, Soto de San Esteban, Langa de Duero, Castillejo de Robledo, Valdanzo, Aldea de San Esteban, San Esteban de Gormaz, Pedraja de San Esteban y Alcubilla del Marqués.
Damos pues el pistoletazo de salida a las aventuras de El Cid Campeador en su etapa de DESTIERRO, salvoconducto en mano. Aunque el arranque de esta Ruta del Destierro se sitúa en Vivar del Cid (Burgos) localidad natal del Cid Campeador, en la próxima entrada de nuestro blog haremos un salto hasta la primera población que marida vino y Cid: Caleruega.
¡Esto no es todo! Prepara tu SALVOCONDUCTO porque en nuestra siguiente entrada te desvelamos los primeros pasos de este Camino del Cid.
¡Te esperamos!
< Para seguir con la Parte II de la etapa del destierro en tierras ribereñas pincha aquí >