RIBERA DEL DUERO

Vinos de la Ribera del Duero

HISTORIA

Precisamente los romanos dejarán vestigios del cultivo de la vid y elaboración del vino en la Ribera del Duero a través de obras de arte como el mosaico romano de más de 60 metros cuadrados en honor al Dios Baco, considerado el más grande la península. Esta maravilla fue descubierta por viticultores durante la vendimia de 1972 y está considerada como Conjunto Histórico Artístico. Lamentablemente, el Yacimiento sufrió en 2011 un expolio y robo provocando un daño irrevocable en tan bella pieza. En la actualidad se ha reproducido una réplica de las teselas desaparecidas que puede visitarse en el Centro de Interpretación de Baños de Valdearados.

Son muchos los monumentos que incluyen referencias al vino: racimos de uvas en capiteles de iglesias, nombres de templos como el Monasterio de La Vid o patronas como la Virgen de las Viñas, de Aranda de Duero.

Y cómo no, la multitud de barrios de bodegas subterráneas y lagares, presentes en la mayoría de pueblos, como el de Atauta, que ha sido reconocido en 2020 con el I Premio a las Mejores Prácticas en Conjuntos Históricos y Etnológicos de Castilla y León, o como el de Moradillo de Roa, que ya obtuvo el galardón como Mejor Iniciativa Enoturística de España y, más recientemente Premio Patrimonio Europa Nostra

La viña y el vino han marcado el paisaje de esta tierra, la personalidad de sus gentes, el patrimonio y la cultura. Un lazo inseparable para entender la Ribera del Duero como territorio de vino.

Las primeras referencias vinícolas de la zona se remontan 2.000 años en la historia: aunque no hay referencias concluyentes, varios historiadores y geógrafos como Ptolomeo relatan en sus obras la actividad vitivinícola de los celtíberos y vacceos de la cuenca del Duero, cuando las tropas romanas se disponen a conquistarla.

Tierra, clima y suelo

La Denominación de Origen Ribera del Duero está situada en la meseta norte, Burgos, Segovia, Soria y Valladolid acompañan en su viaje al río Duero, a través de un lazo que une a más de 100 pueblos extendidos a lo largo de una franja vitícola de unos 115 km.

El tiempo y el legado de la naturaleza han dotado a toda la zona de un suelo excepcional para el cultivo de la vid. La pluralidad del tiempo marca contrastes imprevisibles que alteran el curso normal de los viñedos, dándoles un carácter y fuerza que los hace únicos. 

El clima es mediterráneo con carácter continental. Con un promedio moderado-bajo de lluvias al año, veranos secos e inviernos largos y rigurosos, con acusadas oscilaciones térmicas a lo largo de las estaciones. Son, precisamente estas oscilaciones las que van a ayudar a la uva a desarrollar una piel fuerte, capaz de soportar las inclemencias del tiempo para proteger el fruto hasta la vendimia.

Los suelos cuentan con sedimentos de arenas limosas o arcillosas, con alternancia de capas calizas e incluso calcáreas. La cuenca ribereña presenta ondulaciones en su paisaje, pequeñas colinas erosionadas por la influencia del río, con cotas que van desde los 911 metros de altitud en los páramos hasta los valles que discurren junto al río.

ARQUITECTURA DEL VINO

Hoy en día, la mayoría de las bodegas subterráneas tienen un uso privado o turístico, siendo visitables muchas de ellas, reconvertidas en otro tipo de negocios como enotecas, museos o, incluso, restaurantes. No obstante, todavía existen bodegas que siguen elaborando su vino en estos templos de la viticultura. Se trata de otra ciudad en el subsuelo de las villas del Duero para el disfrute de los sentidos.

Arquitectura de Vanguardia

El vino, al igual que la arquitectura o el diseño, es también una forma de arte. Por eso, en los últimos años, muchas bodegas han manifestado su inquietud en la innovación y modernización de sus instalaciones, no sólo en los mecanismos de elaboración, sino también en la propia imagen de sus bodegas.

Obras contemporáneas que combinan la funcionalidad necesaria para trabajar con la estética del edificio, convirtiéndose en un verdadero monumento al vino.

Grandes arquitectos han sido los responsables de las obras más destacadas y en la Ruta del Vino Ribera del Duero podemos presumir de tener dos de ellas: Bodegas Portia y Bodegas Protos.

En la villa de Gumiel de Izán (Burgos) se encuentra Bodegas Portia, como cuarta generación del Grupo Faustino. El estudio de arquitectura de Norman Foster ha sido el responsable de la edificación, cuyas obras empezaron en 2006. Se trata de una bodega en perfecta armonía con el paisaje, de planta en forma de estrella, aúna materiales nobles como el acero, el vidrio y, por supuesto, el roble. Es una firme apuesta por el enoturismo que los ha llevado a estar posicionados como una de las bodegas de vanguardia de referencia a nivel mundial.

Si seguimos recorriendo la Ribera del Duero, llegaremos a la villa de Peñafiel (Valladolid) donde a los pies de su castillo nos espera Bodegas Protos. Considerada como la primera bodega elaboradora de la Ribera del Duero, Protos combina la tradición con la vanguardia. En su visita, comenzaremos por la red de galerías subterráneas horadadas en la falda de la montaña del castillo, amplios túneles en la roca que nos llevarán hasta la nueva edificación firmada por Sir Richard Rogers, como si de un viaje en el tiempo se tratara. Amplias estancias inundadas de luz, arropadas por el vidrio y la madera para conservar su bien

Arquitectura Tradicional

Más de mil años de historia avalan la presencia de nuestros vinos en la Ribera del Duero. Desde tiempos de los vacceos y más tarde con los romanos, la elaboración de vino ha sido una de las principales actividades agrícolas de la zona.

Con la llegada de la Edad Media y con los monasterios como principales promotores de su elaboración, gracias a sus conocimientos y recursos, se comenzaron a escavar las primeras bodegas subterráneas en distintos pueblos y villas. Galerías horadadas por la mano del hombre, muchas de ellas ornamentadas con piedra de sillería y ladrillo arábigo, y con una profundidad de entre 9 y 14 metros aproximadamente, que permitieron aumentar considerablemente la producción de vino y su exportación a otras regiones.

El vino de la Ribera del Duero

Para emplear el distintivo de la D.O. son sometidos a un proceso rigurso de calificación por el Consejo Regulador.

Los tipos de vino amparados por la Denominación de Origen Ribera del Duero son tintos, rosados y blancos. La clasificación tradicional los divide en Crianza, Reserva y Gran Reserva pero, además, existen los vinos de Cosecha, entre los que están el Joven, Roble y otros vinos que deciden no utilizar ninguna clasificación tradicional.

Vino Tinto

Joven. Sin permanencia en barrica
Roble. Con un paso, al menos de 3 meses en barrica de roble
Crianza. 24 meses de envejecimiento de los cuales, al menos, 12 meses permanecerán en barrica de roble
Reserva. 36 meses de envejecimiento de los cuales, mínimo 12 de ellos en barrica de roble
Gran Reserva. 60 meses de envejecimiento de los cuales, al menos 24 de ellos en barrica de roble

Vino Rosado y Blanco

Joven. Sin permanencia en barrica
Roble. Con un paso, al menos de 3 meses en barrica de roble
Crianza. 18 meses de envejecimiento de los cuales, al menos, 6 meses permanecerán en barrica de roble
Reserva. 24 meses de envejecimiento de los cuales, mínimo 6 de ellos en barrica de roble
Gran Reserva. 48 meses de envejecimiento de los cuales, al menos 6 de ellos en barrica de roble

Variedades de uva

Los Ribera tienen un denominador común: la uva Tempranillo. Bajo el nombre de Tinta del País o Tinta Fina se ha dado a conocer un fruto autóctono propio de la Ribera del Duero, que aporta el color, el aroma y el cuerpo para que nuestros vinos sean irrepetibles. Junto a la Tempranillo, el Consejo Regulador permite otras variedades: tintas como Cabernet-Sauvignon, Merlot, Malbec y Garnacha Tinta o la única blanca autorizada, la Albillo o Blanca del País. Son seis variedades de uva para un sabor excepcional e inconfundible, que marca la calidad en cada botella.

En la Ribera hay un vino para cada persona y para cada ocasión. Las más de 900 marcas que llevan el sello Ribera del Duero son la imagen de 8.000 viticultores y más de 300 bodegas que se dedican en cuerpo y alma al cultivo de la vid.

La D.O. Ribera del Duero

La Denominación de Origen, tal como hoy la conocemos, surge tras la iniciativa de una serie de viticultores y bodegueros preocupados por impulsar los viñedos y la calidad de los vinos de la Ribera del Duero.

El primer Acta que se recoge en los libros del Consejo Regulador data del 23 de julio de 1980, fecha en la que este Organismo actuaba con carácter provisional.

Dos años después, el 21 de julio de 1982, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación otorga a la Ribera del Duero la Denominación de Origen y aprueba su primer Reglamento.

Esta es la Denominación de Origen más antigua y relevante de la Comunidad de Castilla y León. En 2022 celebrará su 40º aniversario como Consejo Regulador. A ella están acogidas más de 300 bodegas, muchas de las cuales fomentan el enoturismo de la zona ofreciendo al visitante además de la visita a Bodegas un increíble número de actividades relacionadas con el cultivo de la vid y la elaboración de vinos. 

COSECHAS

Últimas cosechas

   2023  Muy Buena 2022  Muy Buena 2021  Excelente
  

Anteriores

2020  Excelente 2010  Excelente 2000  Muy Buena 1990  Buena
2019  Excelente 2009  Excelente 1999  Excelente 1989  Excelente
2018  Muy buena 2008  Muy buena 1998  Muy Buena 1988  Buena
2017  Muy buena 2007  Muy Buena 1997  Buena 1987  Buena
2016  Muy buena 2006  Buena 1996  Excelente 1986  Excelente
2015  Excelente 2005  Muy Buena 1995  Excelente 1985  Muy Buena
2014  Muy Buena 2004  Excelente 1994  Muy Buena 1984  Regular
2013  Buena 2003  Muy Buena 1993  Regular 1983  Muy Buena
2012  Muy Buena 2002  Muy Buena 1992  Buena 1982  Muy Buena
2011  Excelente 2001  Excelente 1991  Muy Buena  

BODEGAS

Dentro de las muchas bodegas que existen en esta tierra, te presentamos a continuación información sobre las bodegas pertenecientes a la Ruta del Vino Ribera del Duero.

Todas ellas han decidido abrir sus puertas y dar a conocer el esfuerzo de muchas generaciones de viticultores, aportando todo un mundo de actividades creativas para que los amantes del enoturismo puedan disfrutar de su viaje por la Ruta del Vino Ribera del Duero. 

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