La Denominación de Origen Ribera del Duero reúne características de suelo y climatología muy aptas para la viticultura ecológica. Cada vez son más las bodegas que se lanzar a sacar al mercado un vino ecológico, debido a la gran demanda de este tipo de productos por parte del consumidor.
Pero ¿qué es un vino ecológico?
En ocasiones, este sello crea confusión entre quienes piensan que se trata tan sólo de una moda y que, incluso, encarece el precio final. Sin embargo, en Bodegas Comenge, la ‘ecología’, como término global, es mucho más, es una cuestión de filosofía que se basa en respetar el ecosistema en el que nos encontramos y la diversidad que en él habita.
Existe una normativa Europea que define las reglas de la agricultura ecológica, que a su vez son revisadas por el Comité Permanente de Agricultura Ecológica (SCOF). Se resumen en cuatro puntos:
- Conservar el medio ambiente mediante sistemas de cultivo sostenibles.
- Respetar la biodiversidad y cuidar a los animales.
- Ofertar productos de alta calidad.
- Proteger al consumidor.
Para elaborar un vino ecológico, primero es necesario obtener la certificación ecológica del viñedo, un trámite que suele durar unos tres años. Aunque la práctica ecológica es -o debería ser- una cuestión de filosofía, la ratificación por parte de un organismo oficial aporta más garantías al consumidor final.
La normativa prohíbe el empleo de productos de síntesis química en el viñedo (como herbicidas o pesticidas), aunque permite el uso de otras sustancias como el azufre (un mineral) en cantidades controladas.
Un clima idóneo para cultivos ecológicos
Cada año, viticultores y bodegueros están más convencidos de que la Denominación de Origen Ribera del Duero reúne unas particularidades muy buenas para la elaboración de vinos ecológicos. Existe una mayor conciencia medioambiental y, por suerte, la oferta es cada vez más amplia.
El objetivo de Bodegas Comenge es reflejar el paisaje en una copa de vino, por lo que entendemos que, sólo a través de un máximo respeto por la biodiversidad del ecosistema, conseguiremos uvas y vinos de máxima calidad.
Queremos un suelo vivo, por ello permitimos el crecimiento de la cubierta vegetal en las parcelas, que, además de ser útil para la fauna y flora, ayuda a mantener las reservas hídricas del suelo.
La hierba autóctona también sirve para evitar la erosión de las laderas de la Ribera del Duero y, por si fuera poco, nos regala preciosos paisajes repletos de amapolas y plantas aromáticas.
Empleamos abono natural, estiércol producido por nuestros propios caballos, con el cual conseguimos un suelo más fértil de forma completamente natural.
El resultado de aplicar técnicas de agricultura ecológica es la consecución de racimos y uvas de mucha más calidad: bayas más pequeñas, racimos más sueltos y aireados (por tanto, con menos probabilidades de sufrir ataques fúngicos) y tienen más sabor.
Desde la añada 2015, todos los vinos de Bodegas Comenge cuentan con el sello europeo de agricultura ecológica, lo que supone un paso más en la firme apuesta por ofrecer al consumidor vino de calidad, sabrosos y en armonía con la naturaleza.
Todo ello, es posible comprarlo de primera mano en las visitas enoturísticas que se organizan en Bodegas Comenge, y que pueden ser consultadas en la Ruta del Vino Ribera del Duero a la que pertenecemos.
Artículo redactado por Bodegas Comenge (Curiel de Duero, Valladolid)
